Mamá Universitaria, un proyecto creado pero olvidado por Franklin Caiza

En la Facultad de Comunicación Social (FACSO) de la Universidad Central del Ecuador, el 25 de enero del 2018 se inauguró la sala de lactancia materna “Kaypimi Kani”, a pesar del empeño del colectivo Mamá Universitaria, el mismo ha sido olvidado tanto por las madres de la facultad, así como por las autoridades. Pero, ¿cómo nace la iniciativa de crear este proyecto? Para adentrarnos un poco más el tema, contactamos a Mayra Tandazo, quién está a cargo del proyecto.

Mayra comenta que el proyecto inicial era proveer de un espacio donde se puedan extraer leche materna, el objetivo era establecerse dentro de la Facultad de Medicina, ya que es la facultad que se encuentra alejada del campus principal de la (UCE), y a partir de eso seguir expandiéndose a las demás facultades. Al presentar este proyecto juntó a otras 40 personas para la elaboración de una radio revista, en el espacio de “Radio Púrpura”, que posteriormente saldría al aire el 14 de abril del 2017. Se tenía la necesidad de contactar con padres y madres que se encuentren estudiando en la (FACSO), el proyecto se fue sustentando con la meta final de abrir un centro de desarrollo infantil. En el lapso de dos meses se llevó a cabo uno de los primeros actos que corroborarían la importancia del proyecto, “La tetada masiva” evento que se realizó en el jardín botánico, a partir de ese momento se pudo organizar en julio del 2017 el coloquio “Amamantar con libertad” en la biblioteca de la (FACSO). El siguiente paso fue realizar un mural en el edificio de la facultad, con lo cual se obtuvo un espacio ubicado en la planta baja de la facultad en noviembre del 2017.

¿Qué significa para las madres que estudian en la (FACSO) el que exista un centro de lactancia? El testimonio de Paola Boada Silva, estudiante de quinto semestre, nos muestra otro aspecto acerca del asunto. Al preguntarle sobre el espacio existente para las madres menciono: “Pensaba que solo estaba designado para la lactancia, pues en la imagen que se ve al exterior se observa a un bebé lactando”, explicaba que no tenía información alguna sobre qué tipo de servicios prestaba la sala, señalando que el lugar pasa siempre cerrado, al igual que la Asociación de estudiantes (ASO). A continuación al preguntar ¿De qué sirven estos espacios?, Paola nos dio la siguiente respuesta “No digo que no sirvan sino que no se sabe de qué tratan, quienes están al frente o como se accede a su uso, en el caso específico a mi sinceramente no me serviría ya que mi esposo paga una guardería para mi hija, pero no creo que todas las personas tenga la misma facilidad, así que si serviría siempre y cuando supiéramos cómo funciona el espacio.”

En conclusión ella pide: información y respaldo de las autoridades pertinentes para el correcto funcionamiento de los diferentes espacios que existen dentro de la facultad.

Esto lleva a la problemática de la nula representación que tiene este grupo específico de estudiantes, ya que al preguntar si ella en algún momento se ha sentido representada por algún movimiento estudiantil su respuesta fue la siguiente: “En ningún momento, ya que los tramites o los problemas que se tiene en la facultad los resuelve una mismo, no es necesario que estén detrás o representándonos ninguna organización estudiantil.” 

Además de no contar con el respaldo de movimientos estudiantiles, nos comenta que ha tenido algunos inconvenientes dentro de la Universidad, y los califica como problemas usuales, choques de horarios, problemas con el sistema en el momento de la matrícula, así como algunos profesores que no tienen la capacidad de enseñar. Pero el problema principal es el choque de horarios lo que más dificulta su labor de estudiante y madre de una niña de cinco años.

Al continuar con la investigación nos encontramos con el caso de Gabriela Freire, estudiante de segundo semestre que lleva seis meses de gestación, al momento de la entrevista expreso: “Mamá Universitaria si sería de gran apoyo para mí, pues mi mamá trabaja y me ayudaría en cuanto tenga a mi bebé, pero esto se complica dentro de la Facultad pues no sé quién maneja el centro de lactancia y siempre lo veo cerrado”. Nos comenta que en el agasajo que se realizó por el día de las madres en la facultad, se la agrego a un grupo de whatsapp administrado por la Aso saliente, en el cual se les pidió a madres y padres que organizaran su tiempo para realizar turnos para la atención del centro, pues no podían ayudarles con el personal para esta labor. Gabriela fue víctima de un robo, de manera que perdió todo contacto con dicho grupo, desde ahí no ha vuelto a saber más de la iniciativa.

Dentro del grupo mencionado anteriormente, se ofreció dar una charla para que participen padres y madres de la Facso, pero como le robaron su celular, no supo si la conferencia se llevó a cabo o no, pues no vio más publicidad o afiches en la Facultad que informaran del evento.

Para ella es importante que la sala “Kaypimi Kani” funcione porque en octubre nacería su hijo y el cuidado del bebé se le complicaría aún más. Menciona que su madre le pidió que si no tiene con quien dejar a su hijo por al menos los tres primeros meses, lo mejor será que se retire para poder hacerse cargo de él. Además las autoridades y maestros de la facultad no le dan el respaldo que ella considera necesario, pues tiene que acudir a controles médicos y se le hace difícil adecuarlos a sus horarios, o bien escoge venir a clases o la cita con el médico.

Otro problema para Gabriela es subir a diario al séptimo piso para recibir clases y que algunos maestros no tengan consideración si por algún motivo se retrasa al subir las gradas, la respuesta que le han dado en algunas ocasiones es “madrugue para que llegue a tiempo”. Por lo cual ella pide que las autoridades tengan algo más de tacto y respeto para las estudiantes que están embarazadas y tengan que subir varios pisos, o que la Aso haga gestiones para la construcción de un elevador en la facultad, no solo para uso de las mujeres embarazadas sino también para personas que tienen discapacidades.

Las estudiantes no son las únicas que se han visto afectadas. Acudimos a la oficina de la dirección de carrera para hablar con Silvia Sinchiguano, secretaria de dirección de carrera, quien nos comentó que hace unos meses atrás su suegra no pudo cuidar a su pequeño hijo de un año tres meses. Pensó en dejar a su hijo en el centro que se encuentra en la facultad, pero cuando llegó lo encontró cerrado, volvió unas horas después para ver si ya estaba abierto y no, así que debió tener a su hijo en su puesto de trabajo todo el día. Entonces para Silvia es importante que se informe acerca de los horarios de atención, además de saber si funciona estrictamente para alumnas o también para docentes.

La secretaria de dirección de carrera, sabe que el espacio fue gestionado por bienestar estudiantil y el sub-decanato, pero no está enterada acerca del apoyo que han brindado las autoridades específicamente. Considera que es importante que se dé una campaña de información más amplia, ya que la única vez que se enteró algo del centro fue en su inauguración en redes sociales.

Una de sus preocupaciones como madre, es que no tiene la seguridad de que su hijo, si en algún momento hace uso del espacio, esté en buenas manos, pues no conoce a quien está a cargo de Mamá Universitaria.

Decidimos contactarnos con Kristel Ríos, ex vicepresidenta de la (ASO) saliente “MÍA”, nos manifestó que en cuanto pueda reunirse con el ex presidente, Sebastián Merizalde, nos daría información al respecto. Hasta el día de la finalización de este relato, no recibimos respuesta alguna por parte de la asociación de estudiantes que culminó su periodo el  pasado viernes 6 de julio del presente año.

Nayra Chalan, presidenta de la nueva Aso, expresó que “La Aso escuela no puede apropiarse de espacios que no le competen, pero también está dispuesta a trabajar de la mano con compañeros que presente proyectos tan valiosos.”, de igual manera esbozo un par de puntos con los cuales se podría iniciar el trabajo con el proyecto de Mamá Universitaria que eran:

1.- Levantamiento de estadísticas que muestren datos reales de cuantas mujeres forman parte de este grupo vulnerado, de manera que se buscara realizar un censo en la facultad.

2.- Como asociación escuela debemos tratar de ayudar a los grupos invisibilizados por parte de las autoridades tanto en tratos burocráticos y como prestancia a espacios físicos y de representación.

En base al segundo punto de acción Nayra Chalan dijo que se entiende que este tipo de proyectos enriquecen a la comunidad estudiantil, teniendo en cuenta que no son lugares de disputa de opiniones o espacios de poder. Es por eso que se necesita apoyo a este grupo de estudiantes emprendedores.

Todo el proyecto ha sido movilizado por autogestión de Mayra, la encargada del centro de lactancia, y de algunas madres. Por lo cual ella manifiesta su malestar con los estudiantes y autoridades. Con los mencionados en primera instancia porque dice que “En la FACSO solo vienen nos utilizan para hacer sus deberes y se van, no se preguntan qué pueden hacer para colaborar al centro de lactancia” y con las autoridades porque considera que no solo es cuestión de que se les haya entregado el espacio, es cuestión de compromiso para que siga funcionando, pues el rector de la (UCE) acudió a la inauguración, al igual que el Director de Carrera de la Facultad de Comunicación, pero no han hecho más que brillar por su ausencia a partir de ese día.

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