Con pancartas e instrumentos propios de la producción audiovisual los grupos afines a esta profesión se apropiaron del centro histórico de Quito, puesto que se verían afectados por la reforma del artículo 98 de la ley orgánica de comunicación.
La mañana del 08 de enero el mundo de la producción audiovisual en el Ecuador se unía en protesta contra la controversial reforma a la ley de comunicación, aprobada la noche del martes 18 de diciembre del 2018, la cual tuvo 75 votos a favor, 25 en contra y 7 abstenciones. Desde la estipulación de este conjunto de reformas se han abierto varios debates, por un lado, algunos piensan que es una manera de devolver la libertad a los medios de comunicación y otros como Stephanie piensan que el objetivo de la reforma a la Ley de Comunicación responde a restauración conservadora que se vive en la región.
Desde luego el ejecutivo escucha sus consignas y está al tanto de lo que sucede calles, pero no se deja ver. Suena el micrófono seguido del coro que anuncia el malestar del pueblo, sin embargo, no sale del palacio de gobierno. La táctica del piquete es recurrente en este tiempo, pero hace falta más que eso para abatir la lucha por las causas justas.
El reproche en contra de la reforma se extendería varías horas más, incluso empezaba a lloviznar, pero los ánimos no decaían, y su principal arma era el conocimiento, varios de ellos empezaron a dar entrevistas, a realizar asambleas e incluso a grabar tomas que se reflejarían más tarde en un producto comunicacional, demostrando su interés en la profesión desde la teoría y la praxis, utilizando estas como otra forma de resistir.
Debajo de la visera de una tienda de camisetas neo pop Andrés Gil nos menciona que Antes de la vigencia de la ley, la publicidad difundida en el país era extranjera, no pagaba impuestos ni aportaba a la consolidación de la identidad, pero con el artículo 98 las condiciones de la industria audiovisual ecuatoriana mejoraron, se generó nuevos puestos de trabajo y una identidad en el arte de la producción. Entonces la reforma lejos de ayudar a creación audiovisual es una nuevo obstáculo para la misma.
Reflexionando sobre las palabras de Andrés recuerdo que el cine ecuatoriano siempre había tenido un panorama lleno dificultades, ya que nunca fue reconocido como generador de riqueza y por la tanto descuidado al igual que el arte.
Después Andrés nos seguía contando los efectos que tendría la reforma de la ley de comunicación en la producción audiovisual y destacaba que suscitaría ser un retroceso en el camino del cine ecuatoriano. Al diálogo se sumó Katherine que si bien estaba de acuerdo con el motivo por el cual se realizó la marcha, nos manifestó que la producción audiovisual tiene muchas limitaciones, incluso previo a esta reforma por falta de recursos y apertura al mercado mundial.
Ningún funcionario se pronunciaba por la marcha, sin embargo, los productores seguían difundiendo mensajes e información del impacto que tendría la reforma en el audiovisual, aquí nos encontramos con Iván que primero bromeaba sobre las nuevas leyes en el Ecuador y sobre el cine ecuatoriano –si ya nos iba mal con presupuesto, imagínate ahora- mientras soltaba una carcajada, después en un plano más serio nos contó que las reformas no sólo pone en riesgo al círculo audiovisual, sino incluye a otras esferas que generan riqueza al país.
El piquete policial empezaba a empujar a las personas que iban al frente del conjunto e iniciaron los primeros incidentes, con gritos de los dos lados e incluso golpes. Sin embargo, la resistencia no se movía y trataba de resistir.
Hoy 15 de enero la lucha sigue y el cine no se detiene. Es necesario devolverle a este grupo lo que se merece, y darle importancia, puesto que aparte de ser generador de riqueza, genera identidad y encuentro.